Monday, December 22, 2008

Asuntos de Familia No. 3

Cariño de hermanos

Al día siguiente Claudia y Andrea bajaron a desayunar como siempre a las once de la mañana, la hermana menor con una bata de dormir y su camisón algo rasgado; la mayor preferia la comodidad de los practicos pants, ya habiendo aprendido a lidiar con las "visitas nocturnas" de Claudia no mencionaba nada, sirviendole algo para aliviarle la garganta raspada de tanto gritar "Los andares de mis hermanos no son mi problema, a nadie le gustan los metiches" repetía mentalmente como una especie de mantra gastado.

Estos eran los días más pesados para ella, cada quince días la condición de Carlos empeoraba y lo único que podían hacer (-que podía hacer- corregía ella sabiendo que Claudia se desentendia de casi todo dejando como siempre el peso de la familia en Andrea) era soltarlo. La primera vez destrozo todo y las dos hermanas pasaron la noche en vela, sólo para descubrir que a la mañana siguiente Carlos entraba en la puerta, casi humano, casi normal, como un manso cachorrito a dormir como si nada... gracias a esto lograron descubrir que con soltarlo cada determinado tiempo se podía ahorrar tiempo y esfuerzo.

Carlos siempre regresaba bañado en sangre y un aura maligna lo acompañaba, en las garras que casi asemejaban manos traía una bolsa con dinero y cosas útiles que vendian las dos hermanas para poder subsistir holgadamente, no querían saber como las obtenía, a veces es mejor no saber.

El viento soplaba fuertemente por toda la ciudad, pero traía un olor malsano, imperceptible pero como podrido, una decadencia tan sútil como el odio disimulado pero familiar como el golpe de un ser querido.

los tres estaban en su casa, medio hipnotizados por algo que no terminaban de comprender, Andrea tenía horas que había lavado el plato que estaba todavía tallando mientras que Claudia releía el mismo parrafo, de Carlos no cambio mucho su conducta, parecia tan humano, sin contar con las siete hileras de dientes y la mandibula desencajada parecía soñar bonito, sus ojos casi de sapo, sus manos toscas como una garra podrida abrazaban con ternura sus propias rodillas, nada lo sacaba del sueño.

algo estaba pasando allí, se sentía el gran cambio que se avecinaba...
toc
toc
toc

sonaban unos golpes en la puerta de manera de la residencia, la hermana mayor salió de su trance y tambalandose con resignación abrió la puerta.

alli estaba la mujer que le haría la vida imposible a Laileb, aunque eso significara hacer un infierno la vida de los tres hermanos tambien...

No comments: