Sunday, March 27, 2016

Aventuras de un mapache viajero SLP 8 Encuentro (Parte 1)

Cuando uno va de viaje siempre esta nervioso, a veces no sabes si quieres ir, a veces quieres ir pero estaras apretado de dinero, y en salidas grupales piensas ¿y si no me llevo con nadie? O por lo menos uno como yo, que es ñoño de vocación y pues sale a relucir el cobre lo quiera uno o no.
Eso nunca me ha pasado con un viaje capoerista. No es que nos tomemos de las manos y cantemos kumbaya mientras nos decimos 5 cosas que no nos gustan de los demás y 27 que sí, tampoco es que todos estemos en nuestros propios asuntos de ida y vuelta y ni volteamos a ver alrededor.
Es una rara mezcla entre lo anterior descrito, un maravilloso punto medio donde uno es libre.
Luego luego encuentras donde estar a gusto desde que te subes al camión, tanto el santo desmadre que se oye atrás, las platicas intermedias o los que ya andan con sueño y nos andamos cabeceando, como se puede inferir, yo pertenezco a este último grupo.
es como viajar en familia porque te cuidan y te reciben así. sin embargo es como salir con primos, no tanto con toda la familia.
Yo tenía 6 años de no venir, por diferentes cuestiones y no sabía como lo extrañaba, era algo que no notas hasta que estas adentro, como volver a respirar.
en el viaje de ida hubo risas y diversas platicas, pero conforme pasaba la noche iban poco a poco quedándose calladas
Después de una pequeña escala, donde me entere que vendian el cafe con pan mas caro del mundo (En verdad que por el precio que lo dieron uno creería que concedia deseos, o de mínimo venía acompañado de algo sorprendente, mas allá de la cafeína y el gluten)
El encuentro se fue como agua, podría ponerme a describir cada clase y cada ejercicio que nos pusieron, pero eso era lo de menos, la energía que se sentía, el gusto de la gente que llegaba, de los anfitriones, de gente que no veíamos en años, o en meses y simplemente con un saludo todo ese tiempo se iba para atrás, a seguir donde lo dejaste o a compartir  nuevas cosas.
Cada que he podido tener una salida así pasa una cosa que me encanta, no sólo conoces nuevas amistades, la mayoría de las veces, los cuates que tenías, ahora es tu compa.
Una cosa de las que más me impresiono de las clases de Professor Mosquito fue la forma alegre de hacerte caer, pues no se sentía un sentimiento de enojo o de mala intención en como lo enseñaba y al hacerlo entendías que podías tirar  a alguien sin lastimarlo, y sin hacerlo enojar, pues una caída, más en capoeira tiene que ser natural y puede ser bienintencionada, fue lo que más se me quedo grabado.
En lo personal fue como un antidepresivo completo que sigue funcionando, toda la tensión, todas las telarañas que tenía se fueron, los problemas que tenía se hicieron pequeños, lo suficiente para lidiar con ellos, pero no tanto como para volverme en un estado de valemadrismo.
(Fin de la parte 1)